jueves, 10 de mayo de 2012

LENIN EN LAS JORNADAS DE MAYO DE 1917




Hace 95 años – Preparando la Gran Revolución Socialista de Octubre de 1917 en Rusia

LENIN EN LAS JORNADAS DE MAYO  DE 1917*

  La fuerza que organizaba el movimiento de las masas eran los bolcheviques. En las jornadas de mayo de 1917, Lenin intervino en muchos mítines obreros de Petrogrado, donde explicó las consignas fundamentales del Partido Bolchevique: el 12 de mayo, en un mitin multitudinario de obreros de la fábrica y los astilleros Putilov, y en los astilleros del Almirantazgo; el 17 de mayo, en la fábrica de tubos esclareció  la táctica del Partido Bolchevique y denunció la demagogia de los mencheviques y eseristas, su comportamiento de lacayos ante la burguesía
   Lenin tenía que intervenir con bastante frecuencia ante auditorios donde los eseristas y mencheviques trataban de indisponer a los obreros contra los bolcheviques; e incluso  a veces interrumpían a los oradores bolcheviques. As, cuando Lenin hacía uso de la palabra en un mitin multitudinario de la fábrica Obújov, entonces ciudadela de los eseristas, éstos trataron de interrumpirle dos veces, pero los obreros los llamaron al orden.
   He aquí como describe A. Kuchkin, uno de los delegados al I Congreso de Diputados Campesinos de toda Rusia, la intervención de Lenin en este evento el 22 de mayo, ante una gran parte de diputados que no pertenecían a ningún partido y tenían un espíritu antibolchevique: “El ruido en la sala cesó de repente, cuando A. Avxéntiev, uno de los líderes de los eseristas, presidente del Comité Ejecutivo del Soviet de Diputados Campesinos de toda Rusia, dijo: “Se concede la palabra al camarada Lenin”.
   Tan pronto sonó su voz fuerte, algo gutural, desde la derecha de la sala gritaron:
 -¿Por qué se le concede la palabra a Lenin? Él no es delegado al congreso. ¡Que se le prive de la palabra!
   En la sala se oyó un murmullo. Pero Lenin permanecía tranquilo, ciñendo el pupitre con ambas manos y mirando pensativo a los de la derecha enfurecidos. Al fin, el murmullo cesó.
 -He venido aquí –dijo Vladímir Ilich- como miembro del grupo bolchevique, elegido legalmente al presente congreso. Y levantó sobre su cabeza el mandato (Lenin tenía voto consultivo).
   Avxéntiev lo confirmó. Lenin comenzó el informe. Al empezar el discurso se oyeron réplicas desde los escaños de la derecha. No duraron mucho tiempo. Luego, Lenin hablaba en medio de un absoluto silencio.
   Explicaba la política de los bolcheviques sobre tres cuestiones básicas: la tierra, la guerra, la organización del Estado. Presentó una resolución sobre el problema agrario, en la que se proponía entregar de inmediato al pueblo, sin indemnización alguna, todas las tierras de los latifundistas, de propiedad privada, de la familia real, de la Iglesia y otras. La propiedad privada sobre la tierra –se indicaba en la resolución- debe ser abolida, es decir, el derecho de propiedad sobre la tierra debe pertenecer sólo a todo el pueblo; la tierra deben administrarla las instituciones democráticas locales. En la resolución bolchevique se indicaba que la entrega de las tierras de los latifundistas a los campesinos sin indemnización, no podría efectuarse sin la estrecha alianza de los campesinos con los obreros urbanos, sin el paso de todo el poder estatal a manos de los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos.
   Los delegados, sobre todo los campesinos, mantenían fijas sus miradas en el rostro de Lenin. Sus palabras eran concisas, claras y comprensibles para todos… Las frases, acertadas y agudas como flechas… suscitaban ovación. ¡El auditorio fue conquistado, cautivado!...”
   Cada vez eran más quienes comprendían que Lenin tenía razón al vincular la solución de los problemas más importantes de la revolución con el paso del poder estatal a los Soviets. Sólo esto podría impedir la aventura en la política exterior e interior, hacia la que los círculos gobernantes empujaban al país.
   En Rusia –escribió Lenin., “los capitalistas no podrán oponer resistencia a los Soviets de Diputados Obreros, Soldados y Campesinos”.
    Los eseristas y mencheviques calificaron los acontecimientos de mayo en Kronstadt como una ruptura con la democracia revolucionaria y el resultado de que dominaron elementos anarquistas. Declararon que los culpables eran los bolcheviques, aunque todos sabían que la mayoría de los miembros del Soviet de Kronstadt no pertenecían a ningún partido y que la resolución sobre el poder se había aprobado por iniciativa de esa mayoría.
   Los ministros socialistas Tsereteli y Skóbelev, así como una delegación del Soviet de Petrogrado, encabezada por Chjeídeze, fueron a Kronstadt y exigieron el cumplimiento de todas las decisiones del Gobierno Provisional. No obstante, el Soviet de Kronstadt declaró que reconocía el poder del Gobierno Provisional, pero señaló que eso no excluía “la crítica y el deseo de que la democracia revolucionaria cree una organización nueva del poder central entregando todo el poder al Soviet de Diputados Soldados y Obreros”.

(*) Extractos de  la obra de G. Gólikov, S. Petrov, F. Chebaevski, L. Gavrilov, V. Farsobin, T. Osipova, S. Dmitrenco Historia de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Miguel Castellote Editor. Madrid 1976, pp. 117-119. Texto seleccionado y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares.

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