sábado, 11 de junio de 2016

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Capítulo 9: Marx se une a la clase trabajadora.

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
Capítulo 9: Marx se une a la clase trabajadora.

Capítulo 9

El siguiente documento ha sido redactado por el Partido Comunista de la India (Maoísta) y es utilizado como guía de estudio por sus cuadros. El blog “Cultura Proletaria” ha decidido, por su gran importancia y por el interés que suscita, traducir el documento al español.


Capítulo 9: Marx se une a la clase trabajadora

Como hemos visto, Marx y Engels estaban profundamente involucrados con los grupos revolucionarios comunistas de los años 40 del siglo XIX. Acabaron liderando la Liga Comunista, una organización internacional que había unido a revolucionarios de varios países europeos. También desarrollaron su programa -el “Manifiesto Comunista“-, que adquirió una importancia histórica mundial. No obstante, en la época -en 1848-, la influencia del marxismo llegaría a alcanzar a las grandes masas trabajadoras. Las dimensiones de la Liga Comunista se limitaban principalmente a trabajadores e intelectuales exiliados. De hecho, en ese período, el marxismo era sólo una más de las corrientes del socialismo.
La revolución de 1848, que llevó la insurreción a lo largo del Viejo Continente, fue el primer gran acontecimiento histórico que el marxismo mostró en la práctica. Marx y Engels residían en Bruselas cuando se produjo el estallido de la revolución en Francia. El gobierno belga, temiendo la proliferación revolucionaria, expulsó a Marx de Bruselas y lo obligó a trasladarse a París, donde pronto se uniría a su amigo Engels. Sin embargo, con la ola revolucionaria extendiéndose a Alemania, ambos decidieron ir inmediatamente allí para participar directamente en los acontecimientos revolucionarios.

Allí, trataron de consolidar el trabajo de la Liga Comunista y de asociaciones de trabajadores. Crearon un periódico, el “Neue Rheinische Zeitung“, que sirvió como órgano de propaganda de la línea revolucionaria. El periódico tenía la línea de apoyar la democracia burguesa radical como el consumo de la revolución democrático-burguesa, como principal objetivo en Alemania. Sin embargo, el periódico servía simultáneamente como organizador del emergente partido proletario revolucionario alemán. Marx y Engels trataron de formar un partido masivo de trabajadores, uniendo las distintas asociaciones de trabajadores de las más diversas provincias de Alemania. El periódico duró un año. Con el colapso de la revolución en Alemania y en otras partes de Europa, el periódico se vio forzado a cesar sus actividades y Marx fue expulsado por el rey de Prusia. lo Volvió a París, pero pronto tuvo que salir de allí debido a la persecución promovida por las autoridades francesas. Engels permaneció en Alemania, luchando como un soldado en el ejército revolucionario hasta el final. Después de la derrota militar, escapó, y a finales de 1849 se uniría nuevamente a Marx, que residía en Londres. Inglaterra continuaría siendo el centro de sus acciones hasta el fin de sus vidas.
La derrota de la revolución de 1848 llevó a la confusión y al desorden de los revolucionarios y militantes proletarios a medio Europa. Muchas de las anteriores corrientes dominantes del socialismo no pudieron ofrecer ninguna explicación satisfactoria acerca de las razones del trascurso de los acontecimientos durante la revolución. Fue en semejante atmósfera que Marx tomó para si la tarea de explicar las fuerzas sociales tras la victoria inicial y posterior derrota de la revolución. Una vez que Francia fue el centro y principal punto de partida de ambos clímax y declives de la revolución, Marx concentró sus análisis en los acontecimientos franceses. Esto fue realizado en sus brillantes trabajos, “Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850” y “El 18 Brumario de Luis Bonaparte“. Estos fueron los primeros intentos de Marx de explicar los actuales acontecimientos históricos a través de la concepción materialista de la historia. Analizó con toda claridad las fuerzas de clase detrás de cada gran giro de la revolución. También ofreció las bases clasistas para las tácticas revolucionarias del proletariado. Al exponer el papel de varias clases en las más variadas etapas, mostró quienes eran los amigos y los enemigos de la revolución y, por lo tanto, el enfoque de los trabajadores para cada uno de estos.
En el período siguiente, Marx continuó sus escritos acerca de los mayores eventos políticos alrededor del planeta. En todos estos escritos, presentaba una clara perspectiva desde un punto de vista proletario. Esto lo distinguía de todas las demás variables del socialismo, que fueron incapaces de dar respuestas reales al contínuo cambio del mundo. Este aspecto estableció claramente la superioridad del marxismo en la cara de las otras tendencias del socialismo, manifestándose como una auténtica herramienta práctica para entender y cambiar el mundo.
Al mismo tiempo, Marx y Engels trabajaban con energía para unir a las débiles y fragmentadas organizaciones de la clase obrera. La Liga Comunista, que tenía su sede central en Alemania, sufrió una severa represión de la policía prusiana. Muchos de sus miembros en Alemania fueron a parar a la cárcel y la propia organización fue finalmente disolvida en noviembre de 1852. Durante el largo periodo de reacción después del fracaso de la revolución de 1848, Marx y Engels continuaron tratando de reorganizar y revivir el movimiento de la clase obrera. Además de escribir y publicar sus obras extensivamente, mantuvieron un contacto constante con las organizaciones de las clases trabajadoras en varios países, sobre todo en Inglaterra, Francia y Alemania. Sus metas eran formar una organización internacional de trabajadores y fundar partidos del proletariado en los países industrialmente desarrollados.
Los principales trabajos en este punto fueron hechos por Marx. Trabajó, en ese período, en condiciones adversas. Después de haber sido expulsado por los gobiernos de varios países, incluso después de trasladarse a Londres, estaba bajo constante vigilancia de la policía secreta, especialmente la de Prusia. Además de la represión política, la situación económica de Marx siempre fue muy precaria. Gracias a la pobre y desorganizada situación del movimiento revolucionario de las clases trabajadoras, en la época era inviable soportarlo durante un período íntegro. Así, su única fuente de subsidio eran los pagos por artículos que escribía para un periódico importante, el “The New York Tribune“. Obviamente, esta fuente era insuficiente para sustentar la gran familia de Marx. Pasaban constantemente por la pobreza, las deudas e incluso por el hambre. A menudo tuvieron que vender objetos de su hogar con el fin de conseguir comida. Marx tenía seis hijos, pero sólo tres lograron sobrevivir más allá de la infancia. Cuando su hija recién nacida murió, el funeral tuvo que ser retrasado durante varios días hasta que consiguió el dinero necesario. El propio Marx contraía enfermedades graves constantemente, con las que tuvo que luchar para conseguir completar su trabajo.
Ante semejantes dificultades económicas, el principal apoyo para la familia Marx fue de su amigo Engels. Tras el fracaso de la revolución de 1848, Engels se vio obligado a trabajar en la empresa de su padre en Manchester. Trabajó en ella durante 20 años, primero como empleado y luego, durante los últimos cinco años, como socio de la empresa hasta 1869. Durante este período, tuvo una renta sustancial, con la que ayudaba regularmente a Marx.
La ayuda de Engels, sin embargo, no era meramente económica. A pesar de que no gozaba en abundancia de tiempo libre debido a su trabajo, dedicaba todos sus esfuerzos a continuar sus estudios y a ayudar a Marx. Se correspondían con regularidad y constantemente compartían sus ideas. Marx siempre consultó a Engels en las principales cuestiones, particularmente las decisiones relativas al movimiento internacional de la clase trabajadora.
Estos esfuerzos finalmente dan sus frutos en 1864, con la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores – la Primera Internacional. Marx pronto se convierte en su líder y es responsable de la preparación de su primer programa y estatuto. El programa de la Internacional, sin embargo, no contenía las fuertes palabras del “Manifiesto Comunista“. La Primera Internacional, a diferencia de la Liga de los Comunistas, no era una organización limitada a pequeños grupos revolucionarios. De hecho, muchas de las secciones de la Internacional, especialmente las de Inglaterra y Francia, representaban organizaciones con grandes masas de trabajadores. Sin embargo, muchas de estas organizaciones no gozaban de una clara y correcta comprensión. A pesar de estar compuestas predominantemente por trabajadores, el nivel de conciencia era generalmente menor que aquellos revolucionarios selectos de la Liga Comunista. El programa y el estatuto, por lo tanto, debían ser formulados teniendo esto en mente. La línea correcta debía ser presentada de una manera aceptable a las organizaciones miembras de la Internacional. Marx, con su gran profundidad ideológica y experiencia práctica organizativa, era en la época el único individuo capaz de desarrollar este tipo de documentos y fue designado para la tarea. En los años siguientes fue él, también, quien produjo los documentos más importantes de la Primera Internacional.
Fue así como el marxismo proporcionó la perspectiva ideológica, política y organizativa para la Primera Internacional. La implantación de esta perspectiva significó la lucha constante contra las diversas corrientes anarquistas y oportunistas que surgieron en el seno del movimiento. Entre otras cosas, los anarquistas se opusieron a una fuerte organización centralista, mientras que los oportunistas se opusieron a la lucha política convencida. Combatiendo ambos desvíos, Marx y Engels trabajaron para construir la Internacional como una organización de lucha de masas, uniendo a los trabajadores de Europa y de América. Esta tarea fue ampliamente exitosa, llevando al mismo tiempo la fundación de numerosos partidos proletarios independientes en varios países industrializados alrededor de todo el mundo.
En la época de la histórica Comuna de París de 1871, el marxismo había avanzado mucho en su posición en detrimento del período respectivo a la revolución de 1848. El marxismo no permaneció sólo como una mera corriente más del socialismo. Las antiguas tendencias del socialismo utópico fueron superadas por la historia y fue sólo el marxismo el que tuvo un significado práctico real. El marxismo tampoco era ya limitado a pequeños grupos, se convirtió en un fenómeno de masas. Su influencia se extendió a los movimientos obreros en varios países industrializados. Proporcionó el liderazgo ideológico para la independencia de los partidos proletarios. Encabezó un masivo movimiento del proletariado, que comenzaba a desafiar a la burguesía. El marxismo se había unido a las grandes masas de la clase trabajadora.

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