lunes, 27 de junio de 2016

Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo. Capítulo 19: La cuestión nacional y colonial.


Curso Básico de Marxismo-Leninismo-Maoísmo (Capítulo 19: La cuestión nacional y colonial)
 
 

Capítulo 19

El siguiente documento ha sido redactado por el Partido Comunista de la India (Maoísta) y es utilizado como guía de estudio por sus cuadros. El blog “Cultura Proletaria” ha decidido, por su gran importancia y por el interés que suscita, traducir el documento al español.


Capítulo 19: La cuestión nacional y colonial

Los primeros movimientos nacionales surgieron en Europa Occidental. Estos movimientos nacionales fueron conducidos principalmente por la burguesía en su lucha contra el feudalismo. El objetivo principal de los movimientos nacionales era unificar la nación en un único estado de gran territorio, que en aquel momento estaba fragmentado por numerosos señores feudales. Esto era necesario para que la burguesía pudiese establecer un gran mercado unificado, evitando el desgaste que se produce cuando se trata con el dominio de varios señores feudales, cada uno con sus reglas mercantiles particulares. Entonces, la revolución burguesa contra el feudalismo y el movimiento nacional para establecer un Estado-nación unificado, a menudo se convertía en uno. Por lo tanto, el movimiento nacional no era una lucha para liberar a una nación de la opresión de otra. En toda Europa Occidental, el único lugar donde un movimiento nacional de independencia tuvo éxito fue en Irlanda, cuya población luchó para liberarse de Inglaterra.
Marx y Engels vivieron en ese período, cuando los movimientos nacionales tardíos aún estaban por surgir y explotar, causando un gran impacto. Por eso no dedicaron mucho tiempo y atención al desarrollo de la teoría marxista sobre la cuestión nacional. Marx, sin embargo, formuló la posición básica sobre este tema cuando se pronunció sobre la cuestión irlandesa, llamando al proletariado inglés a apoyar la lucha nacional del pueblo irlandés y a oponerse a la opresión nacional.
La siguiente fase de los movimientos nacionales surgió en Europa del Este, con la expansión del capitalismo y el debilitamiento de los imperios ruso y austrohúngaro. Comenzaron a crecer movimientos nacionales y organizaciones en toda Europa del Este, incluyendo Rusia. Tener una buena comprensión de esta cuestión era absolutamente necesario para el movimiento proletario internacional y el POSDR. Fue durante este período que Stalin, en 1913, hizo la primera presentación sistemática del marxismo sobre la cuestión nacional. Stalin era georgiano, miembro de una nacionalidad oprimida en Rusia, donde se estaba desarrollando rápidamente un movimiento nacional. En Georgia, por lo tanto, era necesario presentar la comprensión marxista correcta y la posición política correcta. Eso fue lo que Stalin trató de hacer con su obra pionera, “El marxismo y la cuestión nacional“.
En su obra, Stalin comenzó definiendo lo que es una nación. Él define nación como “es una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura”. Stalin rechazaba el concepto de nación basado sólo en la religión o la cultura, como los judíos. Insistía en que una comunidad debía tener todas las características anteriores para ser llamada nación. Propuso que todas estas naciones deberían tener derecho a la autodeterminación. Este derecho a la autodeterminación no podría, sin embargo, reducirse a la autonomía o al agrupamiento en una federación, como algunos partidos de la época estaban proponiendo. El derecho a la autodeterminación debía incluir el derecho a la separación, es decir, a separarse y existir como un Estado independiente. Sin embargo, Stalin señaló que la forma de ejercer tal derecho dependía de las circunstancias históricas concretas de un determinado período en el tiempo. Estaba en las manos de los revolucionarios influenciar a la nación respecto a su decisión sobre la autodeterminación. La decisión del partido revolucionario estaría basada en qué camino (autonomía, federación, separación u otro) sería mejor para servir a los intereses de las masas trabajadoras, especialmente del proletariado.

A pesar de que la presentación de Stalin aclaró muchos puntos, todavía era incompleta, pues no vinculaba la cuestión nacional al imperialismo y a la cuestión de las colonias. Esto sólo fue hecho tras el análisis de Lenin sobre el imperialismo en 1916. Teniendo como base el análisis sobre el imperialismo, Lenin vinculó la cuestión de la autodeterminación de las naciones a las luchas de liberación nacional que estaban en curso en los países coloniales. De esta forma, vino a cubrir la mayor parte de los pueblos del mundo. No era sólo un simple problema interno de algunos países que oprimían naciones dentro de su territorio. La cuestión nacional se convirtió en una problema mundial, una cuestión de liberación de los pueblos oprimidos de la carga del imperialismo en todos los países dependientes y colonias.
Entonces, cuando Lenin presentó en 1916 su “Tesis sobre la Revolución Socialista” y “El derecho de las naciones a la autodeterminación“, incluyó a todos los países del mundo en su análisis. Dividió a los países en tres grupos principales:
En primer lugar, los países capitalistas avanzados de Europa Occidental y los Estados Unidos de América. Estas son naciones opresoras que subyugan colonialmente a otras naciones en todo el mundo y también dentro de su propio territorio. El deber del proletariado de las naciones dominantes es oponerse a la opresión nacional y apoyar las luchas nacionales del pueblo oprimido por sus clases dominantes imperialistas.
En segundo lugar, Europa del Este y Rusia en particular. El deber del proletariado en estos países es apoyar el derecho de las naciones a la autodeterminación. En relación con esto, la tarea más difícil, pero más importante, es unir la lucha de clases de los trabajadores de las naciones opresoras con la lucha de clases de los trabajadores de las naciones oprimidas.
En tercer lugar, los países semicoloniales como China, Brasil, Persia (Irán), Turquía y todas las colonias, que entonces tenían una población que sumaba más de un billón. Con relación a estos países, Lenin asumió la posición de que los comunistas no sólo deben exigir la liberación inmediata, incondicional y sin compensación de las colonias, sino también dar un decidido apoyo a los movimientos de liberación nacional en estos países, ayudando a la rebelión y la guerra revolucionaria contra las fuerzas imperialistas que los oprimen.
Esta fue la primera vez dentro del movimiento socialista internacional que se tomó una posición tan clara respecto a las cuestiones nacionales y coloniales. Hubo, naturalmente, cierto debate y confusión. Una de las posiciones argumentaba que apoyar la autodeterminación y la liberación nacional era ir en contra del internacionalismo proletario. Se decía que el objetivo del socialismo era unir a todas las naciones. Lenin estuvo de acuerdo en que el objetivo del socialismo era abolir la división de la humanidad en pequeños estados, aproximar las naciones e incluso unirlas. Sin embargo, comprendía que sería imposible lograr este objetivo a través de la unificación forzada de las naciones. La fusión de las naciones sólo podría llegar después de atravesar el período de transición de liberación completa de todas las naciones oprimidas, es decir, su libertad de separación. Al presentar el programa del partido en 1917, Lenin dijo, “Queremos la unificación libre, y es por eso que debemos reconocer el derecho a la separación. Sin libertad de separación, la unificación no puede ser tildada de libre“. Esta era la posición proletaria democrática sobre la cuestión nacional, que fue opuesta a la política burguesa de la opresión nacional y la anexión.

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